lunes, 30 de abril de 2012

EMPODERAMIENTO DE LA MUJER


 “La potenciación económica de la mujer no es un problema de las mujeres, es un problema del desarrollo”, afirma Danny M. Leipziger, vicepresidente y jefe de la Red sobre Reducción de la Pobreza y Gestión Económica del Banco Mundial.

“Si no se invierte lo suficiente en las oportunidades económicas de la mujer, se limita el crecimiento económico y se desacelera el avance en la reducción de la pobreza”.

Antes de permitiros seguir leyendo esta entrada, la cual espero que hayáis empezado reflexionando sobre las dos citas anteriores, me gustaría que echaseis un pequeño vistazo a las siguientes noticias y comprobaseis si identificáis algún concepto común en todas ellas.




El concepto repetido y casi el motivo fundamental de todas ellas, es 


el que explicamos a continuación.

Empoderamiento de la mujer: proceso por medio del cual las mujeres incrementan su capacidad de configurar sus propias vidas y su entorno, una evolución en la concientización de las mujeres sobre sí mismas, en su estatus y en su eficacia en las interacciones sociales (Margaret Schuler, socióloga estadounidense.)

En definitiva, se trata de un concepto que aboga por el cambio de la situación desfavorecida y subordinada en la que viven las mujeres, para que puedan aumentar su poder, su influencia y participen por tanto, en el cambio social.

Se trata de un término que ha adquirido su máxima expresión en   relación a los estudios de género y sobretodo, en relación al género y al desarrollo, introduciendo el empoderamiento como medio para que la mujer acrecente, como decíamos antes, su participación en la sociedad.

Para poder hacer eficaz en la práctica esta idea y que no se quede en una utopía, como otras muchas referentes a la mujer y su situación, vamos a presentar una serie de principios para el empoderamiento de la mujer que, UNIFEM, organización puntera en la lucha por la igualdad de género, ha diseñado conjuntamente con el Pacto Mundial de las  Naciones Unidas, en lo que es la mayor iniciativa de responsabilidad cívica empresarial del mundo, que cuenta con  la participación de 7.000 empresas y de otros involucrados presentes en más de 135 países.

-          Una dirección que promueva la igualdad de género: apoyos, políticas que incluyan la dimensión de género y el respeto a los derechos humanos, implicación empresarial, etc.

-          Igualdad de oportunidades, integración y no discriminación: misma remuneración y beneficios, nombramiento de mujeres para puestos ejecutivos y directivos, implementar la contratación y la protección al empleo, permitir participar a la mujer en la toma de decisiones laborales, condiciones laborales flexibles, etc.

-           Salud, seguridad y una vida libre de violencia: condiciones de trabajo seguras, políticas de tolerancia cero frente a acosos y violencia, respeto del tiempo libre, etc.

-          Educación y formación: capacitación en el lugar de trabajo que favorezca el avance de las mujeres, programas de educación patrocinados por la empresa en igualdad de oportunidades, etc.

-          Desarrollo empresarial, cadena de suministros y prácticas de marketing: promover soluciones que integren la dimensión de género a los obstáculos que suponen los créditos y los préstamos, extender las relaciones empresariales a las empresas dirigidas por mujeres…

-          Liderazgo y compromiso comunitario como por ejemplo garantizar la suficiente representación de la mujer en cualquier mecanismo de consulta comunitaria.

-          Y por último en lo referente a trasparencia, evaluación e información.

Así de manera más general, se pretende que las mujeres tomen conciencia de su situación, tengan confianza en sí mismas, autonomía para decir sobre sus propias vidas y que éstas se movilicen para identificar sus intereses y luchar contra las instituciones y situaciones que las limitan y perpetúan su situación.

Por último, me gustaría destacar los resultados del Informe de Desempeño Social del MIX (Microfinance Information Exchange). Éste  identifica como “servicios de empoderamiento de la mujer” los no financieros, como una de las formas en las que las IMFs pueden alcanzar el objetivo de empoderamiento de las mujeres. Incluyen:

• Capacitación de negocios para fortalecer las oportunidades de mercado para la mujer.
• Formación en liderazgo para mujeres.
• Formación en derechos y responsabilidades como líderes en modelos participativos.
• Educación en derechos de las mujeres o formación en temas de género para hombres y mujeres.
• Servicios y/o asesoría legal para mujeres víctimas de la violencia.
 “Otros”, para las IMFs que proveen un servicio distinto a las opciones enumeradas.

Gráfico 1: Servicios de empoderamiento de las mujeres por tipo, a partir de una muestra de 59 IMFs






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